La actividad aseguradora en todos los países constituye uno de los tres pilares del funcionamiento de los mercados financieros, conjuntamente con la crediticia y los mercados de valores. Está comprobado que a medida que se produce el desarrollo económico de los países y de sus empresas, más se incrementa la actividad aseguradora, por la necesidad de protegerse frente a los riesgos.
Por su relevancia e importancia estratégica, social y económica, está sometida a regulación, supervisión, control e inspección por las autoridades, contando con normativa específica en materia de constitución, funcionamiento, reporting, etc., incluida la exigencia de honorabilidad, cualificación y experiencia profesional a las personas que desempeñan funciones de dirección y gestión.
Las entidades aseguradoras desempeñan una función mediadora en el sistema financiero, con unas características especiales que las diferencian de otros sectores de la economía e incluso de las restantes empresas financieras.
Su función principal es dar cobertura a los riesgos, actuales y futuros, derivados de las actividades económicas que realizan las empresas y los particulares. Precisamente por ello, el seguro es inherente al riesgo y constituye el instrumento que posibilita aceptarlo y convertirlo en un instrumento financiero, apoyándose en la incertidumbre que afecta a los sucesos, cuantificados en términos de probabilidad y, mediante las correspondientes técnicas actuariales, se transforman en seguridad y certeza.
Así, la medición y gestión adecuada de los riesgos se convierte en esencial para la estabilidad, solvencia y rentabilidad de las entidades aseguradoras. Teniendo en cuenta que la mayoría de ellas son del tipo multiramo (operan en muchos o todos los ramos: accidentes, asistencia, crédito y caución, decesos, defensa jurídica, enfermedad, incendios y otros daños a los bienes, responsabilidad civil y vehículos), es fácil comprender que el adecuado control de los riesgos asumidos resulta imprescindible para garantizar la propia supervivencia de las entidades aseguradoras.
Mediante este curso Udes., podrán identificar los mercados con más capacidad de crecimiento, establecer las estrategias más adecuadas, conocer el marco jurídico, financiero y regulatorio aplicable, así como las operaciones inversoras más habituales y, sobre todo, la gestión de los riesgos operacionales que mayor impacto tienen en los resultados.